El triángulo amoroso con el poeta Dylan Thomas ofrecía un planteamiento sólido; pero un guión errático, que va pasando por distintos géneros, torna la historia increíble.
Chicas adolescentes desenvueltas, treintañeros inmaduros y compulsivamente infieles, sexo y sentimentalismo a espuertas, argumento insustancial, con buena interpretación y brillante envoltorio de fotografía y música.
En un mundo en que todo el mundo dice la verdad, un enamorado dice la primera mentira de la historia. Un mensaje seudoteológico y humor grueso estropean la comedia.
En nuestros días hay una corriente que valora en exceso los sentimientos hasta convertirlos en criterio de actuación. Este es el tipo de sentimentalismo que tanto abunda en la ficción televisiva.
El caso de Neal McDonough, despedido por no querer interpretar una escena de sexo, permite preguntarse sobre la representación del sexo y la violencia en la pantalla.
Tras la sustitución de la televisión analógica por la digital terrestre y la desaparición de la publicidad en las cadenas públicas estatales, la otra novedad de este año en España es la Ley General de Comunicación Audiovisual, que entra en vigor el 1 de mayo.
Con la historia de un antiguo pistolero unionista del Ulster sirve para que el magnífico guión ponga sobre el tapete muchas de las cuestiones que se plantean en el debate actual sobre el terrorismo.