Retrato de Lech Wałęsa en primer plano, con un tono realista y casi documental, que muestra su empeño por la libertad de Polonia, su honda fe católica y el amor a su familia.
Si estuviera mejor escrita, podría haber sido sobresaliente esta película bélica centrada en la tripulación de un carro de combate norteamericano en la II Guerra Mundial.
Como en la obra original de August Strindberg (finales del XIX), el coqueteo de una joven aristócrata con un criado da pie a una ácida crítica a las clases privilegiadas.
Reitman muestra con claridad el problema de la adicción a las redes sociales y a la pornografía en Internet, pero esquiva la respuesta moral que el planteamiento pide.
El enfrentamiento entre un líder comunista irlandés y un párroco en los años treinta sirve a Ken Loach para mostrar una vez más su calidad como director y su rigidez ideológica.
La historia, que arranca como una película romántica de corte independiente, plantea un interesante dilema entre un cientificismo radical y una espiritualidad new age.
Esta película espacial es un espectáculo grandioso, con un complejo relato sobre agujeros negros, viajes en el tiempo y realidades en cuarta y quinta dimensión.