Una versión de esta reseña se publicó en el servicio impreso 48/15 Viaje a Sils Maria cuenta la metahistoria de una obra de teatro encerrada en una película. Dos actrices (una jovencísima y otra madura) y la eficaz asistente de la segunda construyen un eléctrico triángulo de egos, una incómoda relación de amor-odio-admiración-envidia que, sin más apoyo que unos cuantos escenarios y un guion esculpido a cincel (no sobra una coma), mantienen al espectador al borde de la butaca, sin atreverse a respirar hasta que la batalla termina. La última pel� ...

Contenido para suscriptores

Suscríbete a Aceprensa o inicia sesión para continuar leyendo el artículo.

Léelo accediendo durante 15 días gratis a Aceprensa.

Contenido exclusivo para suscriptores de Aceprensa

Estás intentando acceder a una funcionalidad premium.

Si ya eres suscriptor conéctate a tu cuenta. Si aún no lo eres, disfruta de esta y otras ventajas suscribiéndote a Aceprensa.

Funcionalidad exclusiva para suscriptores de Aceprensa

Estás intentando acceder a una funcionalidad premium.

Si ya eres suscriptor conéctate a tu cuenta para poder comentar. Si aún no lo eres, disfruta de esta y otras ventajas suscribiéndote a Aceprensa.