Borgen

PÚBLICOAdultos

CLASIFICACIÓNSexo

ESTRENO26/09/2010

EPISODIOS3 temporadas de 10 capítulos de 60 min. cada una

Birgitte Nyborg, protagonizada por una convincente Sidse Babett Knudsen, a la que vimos en Después de la boda, se convierte inesperadamente en la primera mujer que accede al gobierno de Dinamarca. Desde el castillo de Christiansborg, centro de poder del Estado danés, y en compañía de su equipo, afronta una carrera política trepidante y competitiva donde tiene que lidiar con la inestabilidad de continuos pactos, su condición de esposa y madre de dos hijos y los medios de comunicación.

Los daneses ya nos han demostrado muchas veces la calidad de sus producciones. Europa del Norte se está constituyendo en plaza fuerte del cine y la ficción televisiva, y ésta producción de la televisión danesa es una alegría a sumar. Una serie interesante y realista sobre cómo una mujer llega al poder en Dinamarca y cómo el poder cambia a una mujer, algo que, considerando la subida al gobierno de Helle Throning-Schmidt, por coalición de partidos, un año después de la emisión de la primera temporada, tiene mucho de premonitorio.

La trama política liderada por Nyborg se completa con la subtrama de la prensa, órgano de control de poder, en la que brillan dos coprotagonistas, el asesor de comunicación de Nyborg, Kasper Juul (Pilou Asbæk), y su exnovia, Katrine Fonsmark (Birgitte Hjort Sørensen), periodista estrella de la televisión pública, entre los que corre una electrizante tensión no resuelta. En los valores de producción se ve la mano experta de Danmarks Radio que literalmente ha volcado sus recursos y abierto sus bambalinas.

Los dos centros argumentales mueven a su alrededor un conjunto de secundarios con currículum vital y profesional bien construido. La serie tiene el acierto de mostrar las luces y sombras de todos los personajes, su complejidad moral, y la dificultad de alcanzar el consenso en determinadas cuestiones, bien es verdad que desde una visión de la política como arte de lo posible y desde unas convicciones arraigadas en la ética del consenso.

Algo tan complejo solo se puede apoyar en una buena dirección y en un guión bien construido por Lindholm y Gram que desarrollan la trama principal como un río a cuyo caudal suman las tramas secundarias; bordan los diálogos con frases que marcan la evolución de Nyborg –“me había prometido no mentir en mis primeros cien días”, “necesito visualizar los primeros tiempos en que estuve aquí» o “no podemos legislar por escrúpulos morales”– ; fluye de lo personal a lo profesionalidad con transiciones muy naturales y contiene multitud de detalles insignificantes de la vida cotidiana que dan a la acción el relieve de la credibilidad.

Si hubiera que escoger una serie para la época postelectoral que se nos avecina en España, esa es Borgen. Su verosimilitud, equilibrio de las tramas, valores de producción y tratamiento de las relaciones de poder, la acercan más a El ala oeste de la Casa Blanca que a House of Cards, y también a otras ficciones donde la mujer y su lugar en el trabajo y la familia son el núcleo de la tensión dramática, como The Good Wife.

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