Esta nueva versión del clásico del terror aporta pocas novedades, pero el guion es chispeante y agilísimo, y en los efectos especiales aprovecha bien la tecnología actual.
Cómo el matemático Alan Turing descifró las comunicaciones alemanas en la II Guerra Mundial: una historia bien contada, sin perderse en caminos secundarios.
Una mujer desaparece, y las sospechas caen sobre el marido. Este electrizante “thriller” funciona a la perfección, pero contiene una visión desoladora del ser humano y de la sociedad.
Unos asesinatos sin resolver sirven para mostrar un fresco social muy expresivo de la China contemporánea, entre un comunismo deshumanizador y un capitalismo corrupto.
Un error judicial deja libre al agresor de la familia del protagonista. El director presenta un caso límite, dando espacio a todos los puntos de vista y suscitando preguntas difíciles.
Convincente “thriller” con aire de cine negro en torno a una trama de abusos, engaños y silencios cómplices. El suspense es permanente, gracias a un ritmo bien medido y a un magistral uso de la elipsis.
Duelo entre dos jóvenes narcotraficantes y dos policías que combaten el contrabando de cocaína por el estrecho de Gibraltar. Ritmo trepidante y espectaculares escenas de acción.
El trabajo oscuro de un equipo antiterrorista de los servicios de inteligencia alemanes, muy bien reflejado en esta historia basada en la novela de John Le Carré y protagonizada por Philip Seymour Hoffman.