El éxito en los últimos Oscars de películas polémicas, como American Beauty, Las normas de la casa de la sidra o Boys Don't Cry, ha vuelto a poner en el candelero la influencia del cine en la creación, consolidación o destrucción de valores y contravalores.
Aveces se dice que "la ética laica" es la única válida para todos los ciudadanos de una sociedad pluralista, mientras que cualquier moral religiosa sirve solo para quienes profesan la correspondiente fe. Norberto Bobbio señala (El Mundo, Madrid, 17-XI-99):
La filósofa Chantal Delsol escribe en Commentaire, nº 81 (París, primavera de 1998), sobre el fenómeno de los arrepentimientos colectivos por hechos cometidos, en algunos casos, por generaciones anteriores.
Con su propuesta de examen de conciencia histórico, Juan Pablo II se dirigía a los cristianos. Pero, una vez más, una acción del Papa está alimentando también el debate cultural. En Italia ha sido Ernesto Galli della Loggia, profesor universitario, exponente de lo que allí se llama pensamiento laico y liberal, quien desde las páginas del Corriere della Sera (26 octubre) ha recogido el guante. También la cultura "laica" tiene sus culpas y tiene que pedir perdón. La afirmación resonó como una colosal provocación y ha dado origen a un animado debate.