Los escándalos de Enron y otras compañías en EE.UU. han mostrado que olvidarse de la ética puede convertirse también en un mal negocio. Por eso ganan atractivo los fondos de inversión que aseguran tener en cuenta los criterios éticos y sociales de las empresas en que invierten. Erika Kinets describe esta tendencia en International Herald Tribune (22 septiembre 2002).
El descubrimiento de escándalos financieros e irregularidades contables en grandes empresas de EE.UU. ha creado un clima de desconfianza entre los inversores y ha provocado la caída de altos directivos. También ha dado lugar a un debate sobre los factores que han minado la ética empresarial.