El riesgo de escándalo se ha convertido en uno de los gajes del oficio de los hombres públicos, y en un arma más contundente que el debate político para desacreditar al adversario.
En un artículo publicado originalmente en The Washington Post y traducido en Le Monde (9 agosto 2002), Clyde Prestowitz, presidente del Economic Strategy Institute, advierte que el apoyo extranjero que había recibido EE.UU. tras los atentados del 11 de septiembre, está resquebrajándose.