La nueva entrega del oso amante de la mermelada no brilla tanto como sus predecesoras, pero sigue siendo un viaje amable y entretenido, especialmente para los más pequeños.
Pese a sus discontinuidades narrativas y su excesivo metraje, esta quinta entrega es una vistosa y emotiva culminación de la saga de aventuras quizás más popular de la historia del cine.
Decepcionante regreso de Almodóvar a la comedia con una historia sin ritmo que se reduce a una colección de chistes pasados dentro de un avión averiado en busca de un aeropuerto donde aterrizar.
Una notable película de aventuras en el desierto, que no llega a la altura de Lawrence de Arabia, pero resulta entretenida, profunda y con una bella música.