Un viudo con tres hijas, la novia de un hermano y otros muchos parientes en una reunión familiar, en la que tres generaciones pueden convivir y pasarlo en grande, y decirse cuatro verdades sin ofender, porque el cariño supera todo.
Tres amigos pilotos en la II Guerra Mundial están enamorados de la misma mujer. Melodrama tedioso y sensiblero, con personajes que resultan artificiales.
Merecido Oscar a la película extranjera. Historia de campo de concentración en torno a un falsificador judío utilizado por los nazis en una operación para hundir la moneda de los aliados. Estremecedora y poderosa.
Un atentado contra el presidente de Estados Unidos desencadena la acción de este entretenido thriller, que no queda redondo porque los conflictos de los personajes resultan demasiado simples.
Aproximación al trágico matrimonio de Enrique VIII con Ana Bolena desde la perspectiva de María, la hermana pequeña de la reina, que tuvo un hijo con el monarca antes de que él se encaprichara de Ana.
Esta película desarrolla una bella historia de amistad, lealtad, traición y redención, elogiosa de la sincera religiosidad musulmana de los personajes, y ponderada en su repaso realista de la dramática historia reciente de Afganistán.
Película bellísima, tanto como las precedentes, El ocaso del samurái y The Hidden Blade, con la que Yoji Yamada cierra su trilogía sobre samuráis enamorados en una decadente y esclerótica sociedad feudal.
Andy y Hank son dos hermanos con problemas económicos y afectivos. En tal tesitura, el primero propone al segundo robar la joyería de sus padres, que no saldrán perjudicados pues el seguro cubrirá todo...
No es país para viejos, de Ethan y Joel Coen, que optaba a ocho Oscar, ha obtenido los premios a la película, a la dirección y al guión adaptado, también firmado por los dos hermanos. La ilustre perdedora de este año es La escafandra y la mariposa.
Comedia negra y vitriólica basada en hechos reales, sembrada de diálogos afilados y sarcásticos. Hay situaciones escabrosas mezcladas con otras desternillantes, pero el final rezuma simpleza y populismo.
Un viudo adopta un niño que se cree marciano. Cómo llegan a conocerse y quererse suministra materia para un bonito cuento de amor, lleno de buenas intenciones, que a ratos resulta empalagoso.