El maestro japonés de la animación culmina su carrera con un precioso melodrama de aventuras sobre la vida del ingeniero aeronáutico que inventó el Mitsubishi Zero.
Cuatro personas que quieren suicidarse se encuentran en un mismo lugar. Película blanda y bienintencionada, que resulta agradable merced al buen trabajo de los actores.
El hotel descrito en la novela de Stefan Zweig es el escenario de un imaginativo juego, protagonizado por el dueño y un joven botones, y filmado con estética “naïf”.
Con los problemas de un adolescente al que su madre trata como si fuera una chica, el director y guionista arma una comedia inteligente, con situaciones que bordean el límite.
Un caso que podría haber firmado Agatha Christie: goteo de asesinatos dentro de un avión en vuelo; todos parecen sospechosos. Buen trabajo de Liam Neeson.