Rian Johnson recupera algunos destellos del ingenio de la primera parte, pero acaba cayendo en un retrato demasiado agresivo y artificial de la religión.
El norteamericano Derek Cianfrance estrena su película más divertida y luminosa, basada en la insólita historia real de un fugitivo que se escondió en una tienda de juguetes.
El danés Joachim Trier escribe y dirige una maravillosa película sobre las relaciones familiares muy deudora del cine de Bergman, pero abierta a la esperanza.
El cantante inglés pasea por las calles de Manhattan durante una hora, mientras la cámara le graba en un solo plano secuencia. El resultado es entretenido, aunque no del todo natural.