La nueva adaptación de la novela de Thomas Hardy es un relato cautivador, en el que resplandece la interpretación de la actriz protagonista, Carey Mulligan.
Cómo se recluta y prepara a los terroristas suicidas en un barrio de chabolas a las afueras de Casablanca, contado con un impresionante tono casi de documental.
Dos actrices y la asistente de la más veterana forman un eléctrico triángulo de egos, en una relación de amor y odio, de admiración y envidia, que mantiene la atención del espectador hasta el final.
Una escritora en trámite de divorcio y un refugiado sij que le enseña a conducir dan pie a situaciones sugestivas y diálogos chispeantes, más algunas reflexiones sobre las cosas importantes de la vida.
Una judía alemana que sale del campo de exterminio viva pero desfigurada, tras una operación se presenta con un nuevo rostro para intentar recuperar el amor de su marido.
Esta nueva versión del clásico del terror aporta pocas novedades, pero el guion es chispeante y agilísimo, y en los efectos especiales aprovecha bien la tecnología actual.