Una iniciativa busca brindar a familias en situación de precariedad una vivienda digna en pueblos de la España rural, que también se benefician con la llegada de aquellas.
La crisis de vivienda asequible demuestra que es más fácil ofrecer innovaciones tecnológicas en la nube que resolver un problema vital a ras de tierra.
Con cientos de miles de personas sin hogar, alquileres e hipotecas al alza y una oferta insuficiente de viviendas, la política alemana en el sector necesita una actualización.
La pobreza tiene una tendencia acumulativa. Un mal barrio suele comportar un mal colegio, y este, un mal trabajo. Pero el círculo vicioso se puede romper.
Crecen los hogares que invierten en el alquiler, el préstamo o la hipoteca una gran parte de sus ingresos. Las noticias son especialmente malas para los jóvenes que quieren formar una familia.
A diferencia de los remedios clásicos, la estrategia “Housing First” está logrando en EE.UU. que la mayoría de los sin techo en peor situación no vuelvan a dormir en la calle.
Tras el “boom” inmobiliario de la pasada década, España se ha convertido en el país europeo con más viviendas desocupadas. Le siguen Francia, Italia y Alemania.
Irlanda, que al igual que España experimentó una burbuja inmobiliaria, va a cambiar la legislación para llegar a acuerdos extrajudiciales en casos de insolvencia.
El déficit de viviendas y el mal estado de las existentes han obligado a derogar absurdas restricciones en el sector. Los cubanos ya pueden comprar y vender sus casas, pero lo difícil es aumentar la construcción de nuevas viviendas.
En el congreso Excellence in the Home, reunido bajo el tema “De la casa al hogar”, participarán arquitectos, diseñadores de interiores, expertos en planeamiento urbano y en gestión doméstica.
Ahora que se habla tanto de la crisis del mercado hipotecario en Estados Unidos, resulta que hay un grupo tradicionalmente desposeído de vivienda que empieza a conseguirla: los “homeless”.
El arquitecto y pintor suizo, Le Corbusier, pensó en 1942 unas originales formas de organización de las ciudades con el fin de que éstas sirvieran para la realización personal y la solidaridad, advirtiendo ya de los peligros de la especulación inmobiliaria.