André Comte-Sponville ha conseguido que su libro Petit traité de grandes vertus (PUF) (Pequeño tratado de grandes virtudes) sea durante más de un año uno de los más vendidos en Francia. Este filósofo, profesor de la Universidad de París-I, sostiene una postura ética a partir de valores judeocristianos que desliga de referencias trascendentes. Seleccionamos parte de sus declaraciones a Le Figaro (París, 21-III-96).
Más allá del orden público y de las leyes está la conciencia moral, y es preciso educarla, afirma el cardenal Jean-Marie Lustiger en unas declaraciones a Bernard Lecomte para L'Express (23-XI-95).
Joël-Benoît D'Onorio, director del departamento de Ciencias jurídicas y sociales de la Universidad de Aix-en-Provence, comenta, en L'Express (1-VI-95), una de las tesis de la encíclica Evangelium Vitae: que la ley humana no puede anular la ley moral universal.
En un reportaje del semanario Newsweek (6-II-95), Jonathan Alter y Pat Ningert escriben que la sociedad norteamericana saldría ganando si la gente recuperara la capacidad personal de avergonzarse. Seleccionamos los últimos párrafos.
El filósofo José Antonio Marina propone un pacto ético social como alternativa a la tentación de la vía rápida del Talión a la hora de intentar enfrentarse a problemas como el terrorismo (ABC, Madrid, 6-I-95).
El filósofo canadiense quiere con este pequeño libro poner el ideal moral de la autenticidad a salvo tanto del exceso de celo de algunos de sus partidarios, como del desprecio de sus detractores.