Devon (Inglaterra). Una pequeña granja en la que Albert y sus padres apenas logran sobrevivir. Necesitan un caballo de tiro pero el chico se encapricha con un elegante caballo y promete que logrará que haga esa labor. Llega la Primera Guerra Mundial y el caballo es vendido al ejército. El chico no se resigna.

La película está basada en la novela juvenil homónima de Michael Morpurgo. Cada episodio contiene un mensaje y una lección de buen cine. El hilo conductor es siempre el caballo que cambia de dueño, y que tiene la fortuna de encontrar en cada caso una persona que ama a los animales y no ha perdido su humanidad. La filmación es excelente, pero la película queda reducida a una serie de cuadros sueltos, con un débil hilo conductor, ya que un caballo, con todo su encanto e inteligencia, es un caballo. Le suceden cosas que ilustran algo de la guerra en cada bando, pero esas pinceladas sueltas son insuficientes para hablar de la guerra, y demasiadas para la historia del caballo, cuyas penalidades resultan casi insoportables para el público joven al que parece destinado.

War Horse no es lo mejor de Spielberg, pero es una buena película que se puede disfrutar a pesar de su duración, de su ambición, de la gran facilidad con que parecen resolverse las diversas situaciones.

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