La saga concluye con una buena película, claramente mejor que la anterior, en que los recursos técnicos y estéticos ya no sorprenden, pero la historia está contada con gran fuerza.
Ganadora en el festival de San Sebastián, esta discreta película de Peter Mullan es un drama inverosímil con una episódica fobia al catolicismo llamativa por su virulencia.
Una buena película que agradará especialmente a los lectores de la saga.
Utilizamos cookies propias y de terceros para mejorar nuestros servicios. Para aceptar las cookies pulse el botón de aceptación. Puede cambiar la configuración u obtener más información aquí.