Pedro Langa, consultor de la Comisión Episcopal de Relaciones Interconfesionales (Conferencia Episcopal española), relata una muestra de los obstáculos que encuentra el ecumenismo en la Iglesia ortodoxa (Ecclesia, Madrid, 16 junio 2001).
Ala espera de la ansiada normalización de las relaciones entre Pekín y el Vaticano, crece la conciencia entre los católicos "patrióticos" y los "clandestinos" de estar compartiendo la misma fe. Por eso cada vez tienen menos reparos en rezar o trabajar juntos. Lo cuentan Melinda Liu y Katharina Hesse en un reportaje de Newsweek (11 junio 2001).
En su afán de lograr que la Iglesia respire con sus "dos pulmones", el occidental y el oriental, el latino y el bizantino, Juan Pablo II ha tropezado hasta ahora con el recelo de los ortodoxos. Este obstáculo se agudiza en su inminente viaje a Ucrania, del 23 al 27 de junio. Allí el Papa se adentra en un terreno minado por la tensa relación entre ortodoxos y greco católicos, y por las propias divisiones en el seno de la ortodoxia.
Con su boda por el rito de la secta Moon, el ex arzobispo de Lusaka, Emmanuel Milingo, "se ha puesto de hecho fuera de la Iglesia católica", según declaró en un comunicado el portavoz vaticano. Milingo, de 71 años, se considera investido de poderes de exorcismo y sanación, y desde hace años ha mantenido actitudes al margen de las normas eclesiásticas. En unas declaraciones a Avvenire (29 mayo 2001), Massimo Introvigne, director del Centro de investigaciones sobre nuevas religiones, explica el trasfondo de este golpe mediático.