En una tierra donde la Iglesia dio sus primeros pasos, los cristianos constituyen hoy una exigua minoría. La reciente vista del Papa Francisco ha revitalizado esta presencia y ha trazado nuevos puentes con la mayoría musulmana.
Musulmanes críticos con el Estado Islámico insisten en que hace falta llevar una visión pacífica y racional del islam a la vida cotidiana de los jóvenes.
Varios casos de supuestas ofensas al islam en Sudán y Pakistán ejemplifican cómo estas leyes se han convertido en instrumentos contra la libertad religiosa.
Las nuevas Constituciones de Túnez y Egipto son los primeros brotes verdes de la “primavera árabe”, y consagran con más garantías los derechos fundamentales.
La “primavera árabe” no ha alcanzado a los cristianos de Oriente Próximo, y la persecución a que los somete el integrismo puede acabar siendo fatal para el propio islam.
En Bangladesh, como en Pakistán, los cristianos son una minoría dentro de un país musulmán. ¿Será posible mantener la libertad religiosa frente al empuje del extremismo?
En Gran Bretaña tienen un creciente papel los tribunales islámicos que aplican sus propias normas para la resolución de litigios civiles y familiares. No es un caso único, y la coexistencia de derechos particulares y el común tiende a ser más frecuente.
La mayoría de los musulmanes, dentro y fuera del mundo islámico, es partidaria de la “sharía” como norma de conducta personal y política, pero hay diversidad de opiniones sobre otras materias.
Los enfrentamientos en los países árabes que derrocaron las dictaduras llevan a plantearse si, como se decía, el islam es la solución o más bien es el problema.
Cuando se habla del mundo islámico se suele destacar su empuje demográfico. Sin embargo, los países de mayoría musulmana están experimentando una fuerte caída en su tasa de fecundidad.