Fernand Keuleneer, abogado de Bruselas y presidente del Centre for the New Europe, ha pronunciado una conferencia en Zonnewende (Moergestel, Países Bajos) en la que se refirió al riesgo que supone la proliferación de nuevos derechos humanos.
El relativismo ético, a menudo invocado como un requisito democrático, demuestra su fragilidad cuando otros lo utilizan para no respetar los derechos humanos. Así se ve en un editorial de Le Monde (10-IV-96), que no duda en apelar a Juan Pablo II.