Un amable homenaje a los videojuegos, con un planteamiento similar al de "Toy Story": los personajes de las consolas tienen vida propia cuando no están los humanos.
Gran trabajo de Pixar, el mejor hasta ahora en la técnica de animación, que se ha llevado el Oscar, aunque el guion no es tan redondo como los de las obras maestras de esta productora.
Con toneladas de nostalgia y reiterativas bromas sexuales, la película pinta a los numerosos miembros de un clan familiar post-generación del 68, y traba bien las anécdotas que configuran la historia.
Esta entrega sigue fiel a las anteriores de la serie, cantando y contando pequeñas aventuras del grupo que se embarca en un crucero y acaba en una isla desierta.