A la industria farmacéutica le interesan más las enfermedades de los ricos que las de los pobres. Patrick Bishop, director de Médicos sin Fronteras de Gran Bretaña, sostiene en The Daily Telegraph (Londres, 24-III-99) que, para reducir las muertes en el Tercer Mundo, los gobiernos de los países desarrollados deberían incentivar la investigación en tratamientos contra las enfermedades tropicales.
Ha provocado gran revuelo en Estados Unidos la decisión, tomada por la Universidad de Princeton, de contratar como catedrático de bioética al filósofo australiano Peter Singer, conocido por sus posturas sobre los derechos de los animales y el valor de la vida humana (ver servicio 96/98). Con este motivo, Sylvia Nasar hace una semblanza de Singer y recoge los argumentos de partidarios y críticos (New York Times, 10-IV-99).
La proliferación de técnicas de procreación artificial para responder al deseo de tener un hijo a toda costa, despierta cada vez más la preocupación de los científicos. Axel Kahn, genetista y miembro del Comité consultivo nacional de ética en Francia, expresa su inquietud en Le Monde (16-III-99), comentando algunos casos recientes.
En Alemania, el organismo competente en medicamentos debe decidir si se aprueba el uso de la píldora abortiva RU 486. El Card. Joachim Meisner, arzobispo de Colonia, explica en Frankfurter Allgemeine Zeitung (16-I-99) que esa no es una cuestión médica, sino moral, y que la Iglesia tiene el deber de pronunciarse sobre ella.