La solución elegida para ampliar la despenalización del aborto en España no ha procurado sorpresas. Fuentes del gobierno venían insistiendo en que se quería encontrar una fórmula basada en un sistema de plazos, en el que la mujer tuviera la última palabra. Lo más llamativo del proyecto es su ataque a la objeción de conciencia de los médicos.
Las exigencias del Norte de reducir a cualquier precio el crecimiento demográfico en el Sur empiezan a despertar reacciones en estos países. Darryl d'Monte comenta en The Pioneer (Nueva Delhi, 1-VI-94) que esta actitud se fija sólo en el número de personas, sin tener en cuenta su consumo.
Entre 1980 y 1992 la población activa femenina ha aumentado en 33 millones en los países de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE). Esto supone un incremento anual del 2%, el doble del que se ha producido entre los hombres.