La obsesión de centrar, en la Conferencia de Pekín, los problemas de salud de la mujer en las cuestiones reproductivas no sólo ha merecido críticas del Vaticano. La prestigiosa revista médica The Lancet (22-VII-95) lamentaba esta tendencia en un editorial, del que tomamos algunos párrafos.
Aunque tiende a hablarse -como a propósito de la reciente Conferencia de Pekín- de los problemas de "la" mujer, las diferencias culturales y económicas hacen que las preocupaciones de unas mujeres sean muy distintas de las de otras. Así se ve en un reportaje de Time (11-IX-95), que advierte que un cierto modelo de feminismo occidental, hasta ahora predominante, no puede hablar en nombre de todas las mujeres.
Janne Haaland Matlary, una noruega en la delegación de la Santa Sede conversa al catolicismo, ya antes de la conferencia había tenido un papel de primer plano en la prensa noruega explicando la visión de la Iglesia católica sobre la dignidad de la mujer.