El 1 de enero entró en vigor la ley que obliga a las empresas a negociar con los trabajadores cómo atender asuntos laborales una vez terminada la jornada.
Si antes las críticas a la globalización venían de los países invadidos por los productos de Occidente, tras la recesión protesta la clase trabajadora de los países ricos, que ve emigrar empleos y llegar inmigrantes que compiten con ella por los puestos de trabajo. Una serie de tres artículos analiza la cuestión.
Empresarios y académicos de Estados Unidos han lanzado una propuesta con medidas para que el mundo empresarial recupere una visión menos obsesionada con el beneficio inmediato.
El líder republicano, la tercera autoridad política de EE.UU., es un buen ejemplo del nuevo conservadurismo que reclaman algunos intelectuales de la derecha.
Mientras Donald Trump advierte que expulsará a inmigrantes, empresarios de varios sectores quieren que vengan más. ¿Realmente los extranjeros quitan empleos a los nacionales?
Algunos de los “indignados” que protestaron contra la desigualdad de ingresos en los países ricos bien podrían estar en el grupo del 10% más rico del mundo, o incluso del 1%, según su patrimonio.
Ante las críticas y alabanzas a la herencia de Fidel Castro en Cuba, seleccionamos algunos datos sobre los aspectos que tienen más influencia en la vida cotidiana de la población.
Los ingresos de un hogar típico crecieron en 2015 como no lo habían hecho en décadas. Más de tres millones de personas dejan atrás el umbral oficial de pobreza.
El exgobernador del Banco de Inglaterra explica las causas de la crisis financiera y propone medidas para corregir los desequilibrios de la economía mundial.
Las nuevas prácticas de las empresas para garantizar el bienestar de sus empleados pueden esconder un interés lucrativo. La consigna está clara: un trabajador feliz es un trabajador productivo.