En la crisis causada por la pandemia, unos sectores han sufrido mucho y otros han prosperado como nunca. La situación no encaja bien con la teoría económica clásica ni con la de Thomas Piketty.
Cada vez más sectores de negocio se pasan al modelo de la suscripción en vez de la venta. Existen ventajas para empresas y clientes, pero también riesgos.
Algunas empresas buscan fórmulas para evitar que las suscripciones provoquen un patrón de consumo compulsivo, y su correspondiente huella medioambiental.
El poder de convertir la creatividad, el talento y la herencia cultural en bienes y servicios se percibe como un buen camino para el desarrollo económico de América Latina.
El aplazamiento del pago de la deuda externa liberará recursos para afrontar la crisis del coronavirus. Pero los países pobres seguirán necesitando ayuda al desarrollo y, sobre todo, atraer inversores privados.