La recesión que comenzó en 2008 ha llevado a poner en cuestión el actual modelo económico y financiero. Ante el aumento de la desigualdad, se empieza a dudar que el crecimiento económico mejore la suerte de todos, y ante la costosa recuperación, incluso que la economía pueda crecer indefinidamente. Nadie discute que los países en desarrollo pueden y necesitan crecer, para sacar de la penuria a millones de personas que carecen, por ejemplo, de saneamiento o seguro médico. Pero con
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