Artemis Fowl

PÚBLICOTodos los públicos

ESTRENO12/06/2020

PLATAFORMAS

El éxito de las sagas literaria y fílmica de Harry Potter ha generado numerosas imitaciones. Quizás la más popular sea la iniciada en 2001 por el irlandés Eoin Colfer con Artemis Fowl, al que siguieron otras siete novelas juveniles, dos novelas gráficas y un libro de miscelánea. Algunos críticos elogiaron su humor irónico y el ritmo de sus escenas de acción, al tiempo que otros criticaron su insistencia en que los personajes fantásticos hablaran al estilo de los arquetipos del thriller contemporáneo. En todo caso, la saga interesó a Disney, que encargó una versión fílmica de las dos primeras novelas al actor, dramaturgo y cineasta norirlandés Kenneth Branagh (Enrique V, Hamlet, Thor, Cenicienta). El resultado es brillante.

El guion se distancia de los libros de Colfer con un doble fin: legitimar mejor las actividades delictivas del propio Artemis y su padre, y subrayar la solitaria existencia del inteligente chaval. De modo que, en la película, Artemis es un superdotado de 14 años, huérfano de madre, que vive con su padre, un mayordomo y una chica de servicio en una impresionante mansión en una perdida isla irlandesa. El padre es un famoso coleccionista de arte, con misteriosos negocios por todo el mundo y que un día es acusado de haber robado grandes obras. Al poco, Opal Koboi, una bruja sin rostro, informa al desconcertado chaval que ha secuestrado a su padre y que solo lo devolverá si le entrega un extraño objeto mágico, que está en la casa.

Por su parte, Branagh se esmera en unos diseños de personajes muy imaginativos, aprovecha unos bellísimos paisajes naturales y virtuales, se regodea en la puesta en escena –llena de impactantes movimientos de cámara y efectos visuales–, imprime al relato un ritmo trepidante y lo presenta con una fotografía (Haris Zambarloukos), un vestuario (Sammy Sheldon) y una música (Patrick Doyle) de primera categoría. Pero, sobre todo –como es habitual cuando dirige–, saca a la luz lo mejor de cada actor, desde los principiantes Ferdia Shaw y Lara McDonnell, a la veteranísima Judi Dench, pasando por el ganso Josh Gad y el granítico Nonso Anozie.

De este modo, logra equilibrar el sabroso cóctel de fantasía, comedia, intriga, drama y aventura que propone la película. Un combinado que resulta especialmente sabroso cuando Branagh se deja llevar por su admiración por Shakespeare y pone a los personajes cara a cara con la muerte de un ser querido, la tentación de la avaricia, la angustiosa soledad del líder –como Enrique V la noche previa a la batalla de Agincourt–, los retos de la paternidad sin maternidad y de la maduración con padre ausente, la belleza de la verdadera amistad, el sacrificio por el bien común… En fin, que esta entretenida película familiar seguramente es mejor que las novelas en que se basa.

Jerónimo José Martín
@Jerojose2002

 

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