Gran remate de “Infinity War”, las tres horas de duración permiten alternar historias personales y gran épica, cerrar muchos relatos y dejar la puerta abierta a otros nuevos.
No es una más de superhéroes, porque esta vez los directores arriesgan y sorprenden para explotar al máximo la acción y las historias de los personajes.
Al ritmo y a la acción acostumbradas de la saga, esta tercera entrega añade un giro a la comedia disparatada, sin renunciar a las reflexiones shakesperianas.
Cómo el matemático Alan Turing descifró las comunicaciones alemanas en la II Guerra Mundial: una historia bien contada, sin perderse en caminos secundarios.
La película ganadora del Oscar 2014 es un retrato áspero y brutal de la esclavitud y el racismo que logra lo que pretende: para perdonar hay que conocer.