Woody Allen vuelve a explorar la condición humana, ahora a través de un profesor de filosofía desencantado de la vida que de repente se entusiasma con una causa.
En la persona de un hombre forzado a huir, con su familia, de la guerra de Corea, el director dedica un homenaje a tantos padres anónimos que gastan la vida por los suyos.
La idea es brillante: contar la historia del motor emocional de una niña de diez años. Gustará a adultos, en especial psicólogos y pedagogos, si resisten el didactismo de la película. Oscar a la película animada.
Los orígenes del famoso psicópata asesino Hannibal Lecter, mostrados con inteligencia y derroche estético, y con una violencia brutal pero no banalizada.
Cómo se recluta y prepara a los terroristas suicidas en un barrio de chabolas a las afueras de Casablanca, contado con un impresionante tono casi de documental.
Dos actrices y la asistente de la más veterana forman un eléctrico triángulo de egos, en una relación de amor y odio, de admiración y envidia, que mantiene la atención del espectador hasta el final.