Al contar un año en la vida de una familia normal, Mike Leigh (Secretos y mentiras) se revela como un poeta de lo cotidiano, que sabe pintar a la gente de la calle y mostrar sin estridencias sus virtudes y defectos.
Una empleada extranjera de la mayor panadería de Jerusalén muere en un atentado y nadie la echa en falta. Una farsa de buen nivel, en ocasiones premiosa y reiterativa.
Para disfrutar de esta película hay que tener un sentido del humor que sintonice con Buñuel o los hermanos Marx. Si no, el film sólo producirá asombro y perplejidad.