El gobierno japonés quiere reforzar la educación moral y cívica, promover el respeto por la tradición y la cultura, y frenar el descenso del nivel de conocimientos que se observa en los alumnos.
Desde la más tierna infancia sus padres les han proporcionado todo lo que han querido. Pero no tienen amigos y muchos son hijos únicos. No hablan con nadie, ni siquiera con sus padres. El mundo exterior no cuenta para ellos. Están encerrados en su cuarto.