Al igual que otros padres de Silicon Valley, el cofundador de Apple empleaba estrictas reglas en casa para educar a sus hijos en el uso de las pantallas.
La gobernanza de Internet tiene como meta conseguir una red accesible a todos, y que no caiga bajo el control de unos pocos gobiernos o gigantes tecnológicos.
Google ha puesto en marcha un comité de expertos para aplicar la doctrina del “derecho al olvido” en Internet. Forma parte de él José Luis Piñar, exdirector de la Agencia Española de Protección de datos.
Muchos gobiernos y particulares hacen llegar regularmente a Google solicitudes para quitar vídeos colgados en YouTube. Algunos países bloquean directamente el portal.
La recopilación y el análisis de grandes volúmenes de datos ya no es solo obra de un Estado policial, sino la actividad continua de muchas empresas. Permiten servicios muy útiles, desde el simple corrector ortográfico al control de las epidemias de gripe, y también suponen nuevos peligros para la libertad y la intimidad de las personas.
La recopilación y el análisis de grandes volúmenes de datos ya no es solo obra de un Estado policial, sino la actividad continua de grandes empresas. Permiten servicios muy útiles, pero también suponen nuevos peligros para la libertad y la intimidad de las personas.
Antes sabíamos muy bien lo que constituía información personal identificable y, por ende, resultaba relativamente sencilla de proteger. Hoy en día, hasta los datos más inocuos pueden revelar la identidad de una persona si se han recopilado en número suficiente.
En EE.UU. y en Europa el legislador está creando nuevos derechos que responden a la necesidad de un poder de control del titular sobre sus datos personales.
Un tribunal estadounidense dictamina que el gobierno no puede prohibir a un proveedor de acceso a Internet dar prioridad al tráfico de algunos sitios que le paguen por ello.
Una investigación interna ha descubierto que muchos artículos sobre empresas habían sido redactados por personas pagadas por esas compañías para dejarlas en buen lugar.
“¿Qué ponen en la tele?” es la pregunta del espectador tradicional, que mira la programación de una cadena. Los jóvenes ven la televisión de otra manera, gracias a Internet.