No es país para viejos, de Ethan y Joel Coen, que optaba a ocho Oscar, ha obtenido los premios a la película, a la dirección y al guión adaptado, también firmado por los dos hermanos. La ilustre perdedora de este año es La escafandra y la mariposa.
Comedia negra y vitriólica basada en hechos reales, sembrada de diálogos afilados y sarcásticos. Hay situaciones escabrosas mezcladas con otras desternillantes, pero el final rezuma simpleza y populismo.
Un viudo adopta un niño que se cree marciano. Cómo llegan a conocerse y quererse suministra materia para un bonito cuento de amor, lleno de buenas intenciones, que a ratos resulta empalagoso.
Con un elaborado guión y unos personajes bien perfilados, Loach cuenta la trayectoria de Angie, una joven madre soltera que, después de quedarse en el paro, decide montar una agencia de trabajo temporal para inmigrantes.
El director mexicano entrega en esta historia una valiente reflexión sobre el significado del amor y el dolor en torno a una pequeña comunidad protestante.
El anciano Resnais adapta con aplomo y solvencia una obra de teatro de Alan Ayckbourn, que presenta una galería de personajes aquejados de profunda soledad. El reparto es excelente.
Se reestrena la ganadora del premio Goya a la mejor película, que ha recibido también los premios a mejor director y a mejor actor revelación (José Luis Torrijo).
La historia de un joven, brillante graduado en la Universidad, que abandona todo para vivir a la manera primitiva en Alaska, mal contada y demasiado larga.
La historia de un hombre que queda totalmente paralítico sirve para abordar grandes temas como el sufrimiento, la atención a los enfermos o el sentido de la vida.
Extraordinaria película de los hermanos Joel y Ethan Coen, quizá la mejor de su filmografía, y prueba de la madurez que han alcanzado. En la obra, adaptada de Cormac McCarthy, han encontrado temas y tipos con los que identificarse.
Junto a las estatuas de Buda que destruyeron los talibanes, una niña afgana es protagonista de una historia que sirve de denuncia contra el fundamentalismo de aquel régimen.
Adaptación de un libro de Karen Joy Fowler que subraya la vigencia del legado Austen por la finura para captar los pliegues de la psicología humana, masculina y femenina.