Este año, el Festival San Sebastián ha contado con una sección oficial de un nivel medio aceptable. El género predominante ha vuelto a ser el drama. Y en cuanto a los temas, ha sido llamativa la constante de la problemática familiar.
La película, presentada en el Festival de San Sebastián, recorre los últimos días de una niña aquejada de una dolorosa enfermedad. Fesser se muestra incapaz de entender el sentido cristiano del dolor, y muy capaz de manipular a un personaje real para defender una visión cerrada a la trascendencia.
Vigorosa película que no ha necesitado el despliegue de medios de El pianista de Polanski para transmitir el mismo mensaje, fuerte y humano, sin concesiones y sin maniqueísmos.
Siguiendo el estilo del maestro Rohmer, Eric Guirado dirige una película pequeña en la que hay humor, calor humano, amabilidad, valores y unos paisajes preciosos.
Al filmar una obra histórica, se supone que uno cuenta la verdad. El guión está basado exclusivamente en las memorias del Che, y transmite una visión parcial y sin matices.
A pesar del exotismo latino, la cinta es la típica película de Allen: un puñado de personajes ligeramente neuróticos, medianamente sofisticados, con conflictos afectivos de todo tipo y un claro despiste sobre lo que está bien y lo que está mal.
El veterano realizador Ermano Olmi cierra la etapa de ficción de su producción cinematográfica con una compleja parábola, a ratos magnética, a ratos pesada, sobre la religiosidad.
El kazajoBekmambetov (Guardianes de la noche) dirige este videojuego con una historia leve, sin pies ni cabeza, sobre un oficinista deprimido que se convierte en pistolero de una milenaria fraternidad.
La productora Walden Media (Los Cuentos de Narnia) da continuidad a su propuesta familiar con esta exótica y dramática aventura, inspirada en la novela juvenil de Wendy Orr.
La actual obsesión de Hollywood por las nuevas tecnologías tridimensionales está generando películas-videojuegos como esta discreta cinta familiar basada en la célebre novela de Julio Verne.
El equilibrio y la sobriedad del debutante Claudel dan mucha más fuerza a los terribles acontecimientos que se cuentan, con leves desahogos humorísticos y un reparto sensacional.