District 9 (30 millones de dólares de presupuesto, 210 millones de recaudación), un drama futurista escrito y dirigido por el sudafricano Neill Blomkamp, fue una celebrada ópera prima, en la que había fuerza y capacidad de sugerencia. Elysium es una película digna pero claramente inferior. Ciertamente, el planteamiento es poderoso: en el año 2154, los habitantes de la Tierra viven semiesclavizados en grandes ciudades en ruinas. Una élite despótica les explota para mantener Elysium, una inmensa estación espacial donde vive una selecta minoría que goza de una vida llena de comodidades.

El problema de Elysium es que el nudo y el desenlace no están a la altura del planteamiento. Blomkamp sale como puede de trampas que él mismo se ha tendido en un Guion descompensado, donde repite temas que ya estaban en su primer largo: racismo, discriminación, falsa democracia, peligros de la tecnología sin mapa ético.

Los personajes fallan y no es un problema de casting (Damon, Foster y compañía están muy bien) sino de escritura. La previsibilidad de la película después del planteamiento es excesiva; hay un esquematismo irritante que se pone al servicio de una trama muy convencional de ratón-gato. Faltan carisma y emoción, sobra relleno transicional aunque el diseño de producción sea bueno y los efectos digitales también.

Blomkamp llamó la atención con 30 millones en Sudáfrica. Los 100 millones largos de presupuesto y el traslado a Hollywood no le han sentado bien.

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