El director mallorquín Daniel Monzón, trasmutado de crítico de cine a cineasta hace diez años, logra su mejor film con este thriller carcelario producido por Telecinco y que se basa en la novela homónima de Francisco Pérez Gandul. Monzón, que tras su fase de guionista, flirteó con la comedia, adquirió estilo visual propio en el cine de género con La caja Kovak. Ahora ha dado un paso más, y con Celda 211 se consagra como uno de los realizadores de referencia del cine español.

El argumento no es demasiado original, ya que se basa en la trama del infiltrado que se pasa al otro bando y que ha dado lugar ya a diversas películas. En este caso se trata de un funcionario de prisiones, Juan Oliver, que va a visitar su nuevo centro penitenciario un día antes de incorporarse al trabajo. Estando dentro, tiene lugar un motín, y él tiene que hacerse pasar por un presidiario recién llegado para salvar la vida. En esa situación tendrá que ganarse a Malamadre, el indiscutible líder de la cárcel.

Aunque Alberto Ammann interpreta al funcionario, es Luis Tosar el protagonista absoluto de la película. Su personaje, Malamadre, es el más trabajado sobre el papel. Resines, Manuel Morón y Marta Etura también forman parte del reparto de este violento y vigoroso thriller. La película tiene mucha fuerza visual y narrativa, tanta como dureza y violencia explícita. Pero el mensaje es muy claro: el mal engendra mal. El cine español sube puntos con este filme.

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