Después del sorprendente e inesperado éxito de “La Lego Película”, Emmet y sus amigos de Bricksburg vuelven en una nueva historia que sigue la línea de la anterior, aunque flaquea un poco.
Los hermanos Coen ofrecen aquí un inteligentísimo ejercicio de metacine, una hilarante historia, una sucesión de escenas brillantemente escritas… y, sobre todo, una emotiva carta de amor al séptimo arte.
Venganza, odio, codicia y un absoluto desprecio por la vida son los ingredientes de este macabro “western” que tiene mucho de tragedia griega en clave cómica, al estilo Tarantino.
Historia de un atracador y su novia en el Chicago de los años treinta, con buenas secuencias de intriga y acción, pero que emplea trazos demasiado gruesos en el retrato de buenos y malos.