John, joven apuesto y atlético soldado de operaciones especiales, disfruta de un par de semanas de permiso en su pueblo costero de Carolina del Sur. Allí coincide con Savannah, una universitaria que veranea allí. Y surge el amor. Él tiene que volver a su destino pero promete a su novia que volverá dentro de un año para casarse. Las cosas no serán tan fáciles.
El sueco Lasse Hallström (¿A quién ama Gilbert Grape?, Las normas de la casa de la sidra, La gran estafa, Siempre a tu lado) traduce a imágenes, con oficio y sin entusiasmo, un drama romántico de Nicholas Sparks (El diario de Noa, Un paseo para recordar).
La historia es un carrusel de tópicos no muy sugestivos: romance, llamada del deber, cartas leídas/escritas en el frente de batalla, etc. Los enamorados sufren estoicamente, son generosos, siempre tienen un gesto amable. La guerra apenas se nota, es un pretexto para alejar a John de su novia, a la que puede volver llegado el momento.
Hallström se encuentra más cómodo con las historias ácidas y complejas que con un relato dulzón lleno de buenas intenciones; pero incluso en sus peores momentos es un profesional: de ahí que ha surgido una interesante subtrama, la relación entre John y su padre (interpretado por el estupendo Richard Jenkins), un introvertido coleccionista de monedas.