Al defender su propuesta actual, el gobierno ha subrayado que el divorcio sólo tendrá consecuencias sobre los matrimonios "muertos", y que ayudará a legalizar muchas relaciones de cohabitación que existen actualmente, en beneficio de los adultos y los niños. El gobierno niega que el divorcio favorezca las rupturas matrimoniales. El divorcio, afirma, no tiene efectos negativos diferentes de los que resultan de cualquier fracaso matrimonial. En su contexto -la discusión precedente sobre las razones contra el divorcio-, estas afirmaciones no tienen ningún valor.
En un artículo publicado en Nuestro Tiempo (Pamplona, nº 491, V-95), el catedrático de Derecho Civil Luis Arechederra opina que sólo hay dos versiones culturalmente vigentes del matrimonio: el matrimonio sacramento y el matrimonio informal.
La opinión pública norteamericana, desde hace tiempo preocupada por la situación de los niños del país, ha recibido un nuevo toque de atención con un informe de la fundación Carnegie. Gran parte de los datos aportados en esta ocasión proceden de diversos estudios anteriores, por lo que eran ya conocidos; pero impresiona verlos todos reunidos.