Para sanar la alienación causada por el trepidante ritmo de la vida o la saturación tecnológica, hacen falta experiencias verdaderamente humanas: lentas, coherentes y profundas.
La OMS incluirá en su catálogo de enfermedades el “trastorno por adicción a los videojuegos”. Para algunos expertos, sin embargo, es el síntoma de otros padecimientos, no una enfermedad “per se”.
El auge de los “e-sports” ofrece la oportunidad de ganar dinero en competiciones de videojuegos, y algunos jóvenes la aprovechan, pero en detrimento de sus estudios.
La Academia Americana de Pediatría ha actualizado sus recomendaciones con propuestas más acordes con las nuevas tendencias en el uso de medios digitales.
Con la salida al mercado del primer casco de simulación, nace un nuevo modo de entretenimiento, donde priman la inmersión sensorial y la libertad para cambiar el guion.
Schnabel recuerda al ajetreado hombre de hoy que el arte del ocio es más una actitud mental que sabe ver la vida con sosiego y calma que un problema nacido de la mala gestión del tiempo.
De un tiempo a esta parte, los ayuntamientos de muchas ciudades españolas han puesto en marcha ofertas de ocio alternativo con tal de facilitar otras formas de diversión nocturna. Estas iniciativas pretenden ofertar actividades de choque contra los riesgos del ocio nocturno.
Asistir a un concierto de U2 o Stereo Suite; oír los mítines de Sarkozy o Royale; comprar en Berskha; escuchar jazz desde un pub de Nueva Orleans o pasearse por las mejores galerías y exposiciones…