Calibrar hasta qué punto el reparto de funciones entre hombres y mujeres está basado sobre todo en la biología o en la cultura ha sido un debate clásico en el movimiento feminista. Con este fin, se ha acuñado la distinción entre sexo y género. Pero las connotaciones de esta distinción van más allá de la lingüística. Hasta el punto que el término inglés gender se ha convertido en uno de los caballos de batalla de la Conferencia Mundial sobre la Mujer en Pekín.
El pasado 26 de abril, Gertrude Mongella, Secretaria general de la IV Conferencia de la ONU sobre la Mujer, junto con la ministra de Asuntos Sociales española, Cristina Alberdi, presentaron a los medios de comunicación en Madrid esta conferencia internacional.