Star Wars. Episodio I: La amenaza fantasma

Star Wars. Episodio I: La amenaza fantasma

TÍTULO ORIGINAL Star Wars. Episode I: The Phantom Menace

PRODUCCIÓN EE.UU. - 1999

DURACIÓN 130 min.

DIRECCIÓN

PÚBLICOJóvenes

ESTRENO20/08/1999

A estas alturas, y tras la inusitada expectación que ha generado, todo el mundo sabe que esta primera precuela de la mítica saga iniciada con La Guerra de las Galaxias relata la iniciación infantil, como caballero Jedi, de Anakin Skywalker, el futuro Darth Vader. Tendrá como maestros al veterano Qui-Gon Jinn, al todavía aprendiz Obi-Wan Kenobi y a la reina Amidala, cuyo pacífico planeta Naboo ha sido invadido por tropas de la Federación, incitadas por Darth Sidious, un Jedi entregado al lado oscuro de la Fuerza. Completan el elenco principal Darth Maul –cruel sicario de Darth Sidious– y Jar Jar Binks, un torpe ser anfibio que ayuda a Anakin y compañía.

Es verdad que la trama resulta un tanto lineal e imitativa; que la incipiente ambigüedad de Anakin y Amidala no logra los sugestivos tonos grises que aportaba Han Solo; y que cansa un poco el premeditado infantilismo de Jar Jar Binks. Por otra parte, la interesante integración de mito y ciencia que propone la película se enturbia levemente con la desmitificadora explicación biológica de la Fuerza –innecesaria concesión al cientifismo– y con el supuesto nacimiento virginal de Anakin, acercamiento más bien confuso a ciertas tradiciones míticas y al cristianismo.

Pero también es verdad que este nuevo ejercicio de subcreación de un universo paralelo -a lo Tolkien- es un apabullante espectáculo visual y sonoro; que está bien escrito, rodado e interpretado; que tiene un ritmo excelente; y que ofrece varias secuencias antológicas –la carrera de cabinas a lo Ben-Hur, los cuatro montajes paralelos del desenlace…– y unos efectos digitales fascinantes.

Además, esta vez Lucas ha decidido contar con varios actores de primera fila, como Liam Neeson, Ewan McGregor o Nathalie Portman, que elevan con sus trabajos la calidad interpretativa de la película. La única apuesta arriesgada era la del niño Jake Lloyd, que da vida con bastante convicción a Anakin Skywalker.

En fin, que vale la pena esta nueva demostración de la gran capacidad imaginativa de George Lucas (THX1138, American Graffiti, La Guerra de las Galaxias); también por lo que supone de equilibrada mezcla de fantasía heroica, ciencia-ficción, western, cine de aventuras… Un sabroso cóctel, plagado de referencias fílmicas y literarias, que además refuerza su sencilla apología de valores básicos –amistad, valentía, solidaridad, maternidad, sentido del deber, compromiso contra la injusticia, cierta visión trascendente…– a través de los fuertes conflictos en torno a «la pérdida de la gracia, la caída y la redención» –según palabras de Lucas–, que se esbozan de cara a las dos futuras continuaciones.

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