Callie y sus dos hijos adolescentes, Trevor y Phoebe, viajan a Summersville –un pueblo perdido en Oklahoma-– para hacerse cargo de la pobre granja de su padre, un viejo excéntrico que los abandonó hace mucho tiempo y acaba de fallecer. Mientras Trevor se dedica a flirtear y a reparar el viejo Cadillac de su abuelo, Phoebe detecta fenómenos extraños en
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