Gil Kenan

La que podría haber sido una fantástica nueva entrega de la mítica saga de los 80 se queda en tierra de nadie, por un guion muy flojo.
Una gran secuela del clásico de 1984, protagonizada por chavales, realizada con el mejor espíritu de “Stranger Things”: homenaje nostálgico a los años ochenta.
Una fantasía navideña de brillante producción que envuelve un guion imaginativo y un reparto excelente.

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