Los autores de la matanza en Londres el pasado 7 de julio eran británicos, aunque de ascendencia extranjera, que llevaban una vida aparentemente normal y no despertaron sospechas. "The Economist" (16 julio 2005) se pregunta cómo jóvenes musulmanes como ellos pueden convertirse en terroristas.
El gobierno de Arabia Saudí es uno de los que han protestado por la supuesta profanación del Corán en Guantánamo, según una información publicada por "Newsweek" y luego rectificada. Pero lo mismo que se atribuyó en una ocasión a militares norteamericanos en Guantánamo es práctica habitual en Arabia Saudí con la Biblia, señala Ali al-Ahmed, director del Saudi Institute en Washington, en "The Wall Street Journal" (20 mayo 2005).
Holanda, orgullosa de su proverbial tolerancia que admite prácticamente todo, se pregunta estos días qué ha podido fallar para que el cineasta Theo van Gogh haya sido asesinado por un islamista radical.
El Pontificio Consejo para la Pastoral de los Emigrantes e Itinerantes ha publicado el 14 de mayo una instrucción sobre la acogida a los inmigrantes, en la que dedica cuatro puntos (nn. 65-68) a los inmigrantes musulmanes. Al atenderlos, como pedía el Concilio Vaticano II en la declaración Nostra aetate, hay que "purificar la memoria de las incomprensiones del pasado, cultivar los valores comunes, y definir y respetar las diversidades sin renunciar a los principios cristianos. Se trata de distinguir, en las doctrinas y prácticas religiosas y en las leyes morales del islam, lo que es posible compartir, y lo que no lo es" (n. 65).