Mientras se discuten informes y directivas para proteger al colectivo gay del llamado “discurso del odio”, el matonismo de algunos de sus activistas campa a sus anchas.
El Tribunal Europeo de Derechos Humanos confirma la condena a un portal de noticias por no haber eliminado a tiempo comentarios ofensivos contra una persona.
En los ambientes intelectuales, que deberían hacer gala de la mayor independencia de juicio, el debate sobre el reconocimiento del matrimonio para personas homosexuales se distingue por el conformismo.
La experiencia de Canadá revela que la legalización del matrimonio homosexual puede afectar a las libertades de los que se oponen, advierte Bradley Miller.
Un proyecto de ley francés para tipificar como delito la negación del “genocidio” armenio por los turcos, está dando lugar a críticas por parte de historiadores que ven comprometida su libertad de investigación.
En Francia se sigue discutiendo sobre la libertad de creación artística y el respeto a las creencias religiosas, a raíz de las protestas contra una pieza teatral que caricaturiza la pasión de Jesucristo.
Aunque nuestra sociedad presume de haber liquidado los viejos tabúes, la libertad de expresión resulta hoy recortada por otros límites políticamente correctos.
El enérgico contraataque chino al discurso de Hillary Clinton sobre la libertad de expresión en Internet muestra la importancia que el régimen da al control de la Red.