La nueva adaptación de la novela de Thomas Hardy es un relato cautivador, en el que resplandece la interpretación de la actriz protagonista, Carey Mulligan.
La lucidez de un durísimo y desolador retrato de un tabú contemporáneo (la adicción al sexo) queda mermado por decisiones poco inteligentes del director británico.
Película de gran fuerza, concebida como un western, muy bien dirigida e interpretada, pero con una violencia brutal en el último tramo que la desequilibra.
Historia de un atracador y su novia en el Chicago de los años treinta, con buenas secuencias de intriga y acción, pero que emplea trazos demasiado gruesos en el retrato de buenos y malos.