Elisabeth Stewart, esposa y madre de tres hijos, que está comenzando su carrera como escritora, explica que para mantener vivo el matrimonio es preciso no poner el "yo" por encima de la felicidad del cónyuge y de los hijos (The Globe & Mail, Toronto, 30-XI-1995).
Al defender su propuesta actual, el gobierno ha subrayado que el divorcio sólo tendrá consecuencias sobre los matrimonios "muertos", y que ayudará a legalizar muchas relaciones de cohabitación que existen actualmente, en beneficio de los adultos y los niños. El gobierno niega que el divorcio favorezca las rupturas matrimoniales. El divorcio, afirma, no tiene efectos negativos diferentes de los que resultan de cualquier fracaso matrimonial. En su contexto -la discusión precedente sobre las razones contra el divorcio-, estas afirmaciones no tienen ningún valor.