Se acaban de cumplir los 50 años de la Declaración de los Derechos del Niño. En este medio siglo ha habido muchos avances, pero también han surgido problemas nuevos, señala en esta entrevista Javier Urra.
Para luchar contra la pedofilia, en Gran Bretaña se pretende fichar y acreditar a todo el que quiera trabajar con niños. El aluvión de críticas ha obligado al gobierno a replantear el proyecto.
Un tratamiento sencillo y barato cura la diarrea, segunda causa de muerte de niños. A medios como este se debe el retroceso de la mortalidad infantil recién anunciado por Unicef.
Un informe de la OCDE se plantea cómo los gobiernos pueden invertir mejor en el apoyo a las familias y ofrecer una calidad de vida superior a los niños.
Los defensores del matrimonio homosexual creen que lo único que los niños necesitan es amor, y no importa qué tipo de pareja se lo dé. Pero el amor no basta.
Desde la óptica de países ricos, lo único que se puede hacer con el trabajo infantil es prohibirlo. Pero varias asociaciones de niños trabajadores de países en desarrollo reclaman el derecho a ser protegidos en una actividad que necesitan como medio de subsistencia.
La Oficina Internacional Católica para la Infancia aprovecha el vigésimo aniversario de la Convención de la ONU sobre los Derechos del Niño para hacer un “llamamiento mundial a una nueva movilización”.
Psicólogos de Estados Unidos advierten sobre el uso exagerado del SMS por parte de los adolescentes, y el gobierno francés prohíbe los móviles en las escuelas primarias para evitar riesgos no probados.
Gran parte de la reducción se debe a medidas específicas a través de campañas de vacunación, mosquiteras contra la malaria y rehidratación oral contra la diarrea.
Un informe de EE.UU. concluye que las barreras tecnológicas deben combinarse con la supervisión de los padres y medidas de los proveedores y de las redes sociales.
El matrimonio no es simplemente una relación afectiva entre dos adultos; es también, especialmente, una institución social que existe para el bien de los niños.